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¿Cómo detectar a un vecino moroso? Síntomas

Cada año aparecen. Se cuelan en nuestras viviendas, tratan de robarnos la tranquilidad, nos desesperan. ¿Paciencia? Es una palabra que se aleja de nosotros en cuanto nos hallamos ante su presencia… Su zumbido es aterrador, estresante, irritante. Nuestros nervios se descontrolan y una única palabra acude a nuestra mente: «¿Por qué yo?» Seguramente muchos de los que ahora leéis estas líneas os sentís identificados puesto que habréis experimentado su pequeño picotazo alguna vez. Y, ¿qué podemos hacer sino quedarnos impasibles ante su invasión? Muchos creeréis que es imposible detectarlos, atajar el problema pero no es así. Podéis y debéis hacerlo, si necesitáis ayuda pedidla, recurrid a un administrador de fincas pero no os rindáis, dejádselo claro: ¡Los vecinos morosos no son bienvenidos en la comunidad! Es cierto que podríamos dividir la morosidad en dos grupos; los morosos por devoción (los llamados profesionales) y los morosos por necesidad. Detectar al vecino moroso es fácil, basta con mirar las actas de las juntas de propietarios para esclarecer quién debe dinero a la comunidad. Ahora, distinguir entre una clase u otra es lo difícil.  Los primeros son aquellos vecinos que fanfarronean de cuanto poseen, exhiben sus vehículos de alta gama y viajan cada mes, pero que desaparecen cuando toca pagar. Los segundos, son víctimas de la gran crisis económica, que les ha impedido hacer frente a cualquier pago. Lo peor de este último grupo es que detrás de cada factura impagada hay una historia personal que nos impide enfrentarnos a su situación y exigirles que paguen lo que deben. Entonces, son los vecinos pagadores los que deben vivir en fincas ahogadas por deudas y asumir unas cantidades superiores a las que les corresponde, sin que sea su responsabilidad. Además, las deudas pendientes impiden reformas de mejoría o mantenimiento de zonas comunes. ¿Deben pagar justos por pecadores? La respuesta es un absoluto NO. Es injusto que un vecino pagador asuma las deudas de otro ya que al final hay que ampliar los fondos para hcer frente a los pagos. No obstante, ¿cómos le dices a alguien que no tiene para comer que ayude con su contribución para la comunidad?, ¿o cómo encaras a quien siempre «desaparece» cuando toca pagar? En la mayoría de casos los vecinos se ven incapaces de asumir esta tarea porque supone un «marrón» y de los buenos. Por ello, y con el fin de solventar toda esta problemática nace la figura del administrador de fincas. En casos como éste, empresas como Stil Mediterrani Administració SL, localizan al moroso e intentan hallar la solución más conveniente para la comunidad, evitando el enfrentamiento de vecinos y facilitando la armonía entre los habitantes de la finca. Entra en el juego la ley de Propiedad horizontal y los administradores ayudan a la comunidad a prepararse para iniciar (si fuese necesario) un procedimiento judicial de reclamación de deuda por razón de la cuantía que se deba. Lo importante es actuar cuanto antes para acabar con los morosos profesionales o llegar a un acuerdo viable para reducir poco a poco la deuda  en el segundo caso, el de los deudores por necesidad.

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