En una comunidad se decide, por mayoría simple, cambiar la categoría laboral de portero a consejerte, el empleado está de acuerdo y la comunidad acuerda alquilar la vivienda de portería. Pero, uno de los propietarios apunta que el acuerdo debería haberse tomado por mayoría cualificada o por unanimidad, pues el servicio de portería se recoge en los Estatutos. ¿Es así, debe tomarse esta decisión por unanimidad?

Desde Stil Mediterrani, administrador de fincas en Xirivella, os aclaramos que en las últimas reformas de la Ley de Propiedad Horizontal se ha flexibilizado el régimen de mayorías para el establecimiento de determinados servicios, como ascensores, porterías, conserjería o supresión de elementos arquitectónicos.

De esta manera, en el artículo 17.3 LPH se dipone que «el establecimiento o supresión de los servicios de portería o conserjería, vigilancia u otros servicios comunes de interés general, incluso cuando supongan la modificación del título constitutivo o de los Estatutos, requerirá el voto favorable de las tres quintas partes del total de los propietarios que, a su vez, representen las tres quintas partes de las cuotas de participación». Eso sí, se debería poner de manifiesto que el servicio de consejería ya se presta en la finca, aunque a través de una figura distinta denominada portero. Y que la única diferencia entre ambos es que el portero tiene una habitación y el segundo no. Por ello, no existe diferencias entre ambos desde el punto de vista del servicio que se presta.

Las funciones a las que se refiere el convenio de empleados de fincas urbanas son las mismas para el portero y el conserje. Por lo que no habría que crear un nuevo servicio (el de conserjería), sino modificar la «forma» en la que éste se presta, pasado a ser realizado por un conserje contratado en lugar de un portero. Bastaría la adopción de un acuerdo mayoritario en la forma establecidad en el artículo 17.7 LPH, acuerdo que obligaría a todos los vecinos, inluyendo a disidentes.