¿Y si mi inquilino es un moroso?
Hoy en día todo aquel que dispone de una vivienda para alquilar tiene un tesoro entre las manos, pues es una buena forma de negocio en estos tiempos tan arduos en los que mucha gente, sobre todo los más jóvenes, optan por el alquiler. Ahora, este sueño puede convertirse en tu peor pesadilla si das de bruces con el inquilino más temido, el moroso. Pues, ¿qué se puede hacer ante un inquilino moroso que se niega a pagar la renta y abandonar el piso?
Desde Stil Mediterrani, administrador de fincas en Xirivella, os recomendamos que lo primero que debéis hacer es averiguar si vuestro inquilino se ha retrasado por un problema puntual, porque no puede afrontar el pago ese mes o porque es un moroso profesional. En los primeros casos se debe echar mano del diálogo y llegar a un acuerdo negociado entre ambas partes, en el último, deberéis recurrir a un profesional que os oriente frente a esa problemática.
Centrándonos en los primeros casos os recomendamos que intentéis llegar a un acuerdo, podéis renegociar el alquiler o intentar recuperar la posesión de la vivienda en el menor tiempo posible, sobre todo, si la renta de ese piso constituye una fuente económica importante para el propietario. Con ello, no sólo hallaréis una pronta solución, sino que os será más rentable puesto que un juicio reporta gastos económicos. Este punto es muy importante por eso se recomienda establecer contacto ya sea en persona o telefónicamente con nuestro nuevo inquilino, antes de alquilarle la vivienda. De esta forma, sabréis su situación económica y os evitaréis problemas de impagos.
Hay una última posibilidad, que se debe adoptar en situaciones extremas cuando nada más se pueda hacer. Esta medida consiste en perdonar toda o parte de la deuda a cambio de la liberación de la vivienda.
Pero, si el acuerdo no se puede llevar a cabo, entonces se hace un requerimiento por escrito donde se solicita la cantidad que se adeuda. Se le otorga al inquilino un plazo prudencial para que abone dicha deuda y se le avisa de que, si no lo hace, se procederá al procedimiento de desahucio.
Cabe mencionar y remarcar que en ningún caso se pueden cortar los suministros o amenazar tanto física como verbalmente al inquilino, pues estos son delitos recogidos en el Código Penal y el propietario podría ser denunciado y sancionado.
Cuando todo lo anterior no sirve entonces entra en el juego la vía judicial, a través de la cual conseguiremos el desalojo de la vivienda. El propietario presentará ante el juzgado de primera instancia, una demanda de desahucio en la que también reclame la deuda pendiente. El coste medio ronda los 1.500 € y los tiempos de resolución rondan los seis meses, según se especifica en El País.
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